En nuestra población estamos alcanzado un volumen relevante de trabajadores/as que presentan una situación de envejecimiento debido a su edad cronológica. El retraso de las edades de jubilación y el incremento demográfico porcentual de los mayores de 65 años, que se acercará al 30%, harán que un futuro cercano este grupo de población adquirirá mayor importancia.

Desde el inicio de su relación con la empresa, los trabajadores son acompañados en las distintas etapas de su vida, brindándoles apoyo continuo, ofreciéndoles beneficios y licencias que permitan a cada trabajador generar un crecimiento tanto individual como colectivo. Sería ilógico pensar que la empresa no los acompañe de una forma más integral en este momento de su vida.

¿Por qué lo recomendamos?

– Porque el trabajador llega mejor preparado a este cambio tan importante en su vida.

– Porque se percibe como un beneficio desde el trabajador, y desde aquellos interesados en realizar una carrera de largo plazo en la empresa.

– Porque evita la prolongación en el puesto de trabajo cuando se ha cerrado un ciclo.

– Porque permite el desarrollo de un nuevo (o varios) proyectos, que incluyen en el trabajar en el legado que ese trabajador quiere dejar en el puesto de trabajo y la empresa. Algo de alta gratificación para el cierre de ciclo laboral, que genera mayor seguridad en si mismo.

¿Cómo se realiza?

1. Acompañamiento en trámites.
2. Con voluntad del empleado, reuniones con profesionales para trabajar en un nuevo proyecto.
3. Trabajo en conjunto con gerencia y recursos humanos para trabajar en el traspaso de conocimientos. Al utilizar la experiencia y conocimientos de los trabajadores con antigüedad en el desarrollo y formación de otros trabajadores con menor experiencia (o sin ella) se genera un espacio donde el trabajador puede, paulatinamente, ir adaptándose al cambio de roles en forma positiva.